Bitácora
31 julio 2015
Son estos días unos días de ausencia, de emociones egoistas por lo que he perdido, de sentimientos egocéntricos de lo que no tendré a partir de ahora, en fin…, me faltarás, estás ausente.
No tendré la obligación que me creé a mi mismo de estar a tu lado, para poder darle unos momentos a élla, a tu esposa, a tu amor. Se terminó la carencia de conversaciones, puesto que ya hace ya tiempo que eran monólogos sin respuestas.
Solamente mirando hacia atras hace varios meses, nuestros recuerdos son de color, como en la imagen nuestra, de los dos, cuando disfrutábamos lo que tus ojos observaban y me decías : “mira ahi arriba” y eran unos zorzales silenciosos en el árbol. Cuando con un movimiento de cabeza, para no asustarlo, me señalabas el sapillo de la Alfranca, ese que se quedaba quieto mientras lo enfocaba. Cuando recogías conchas de caracol con esas manos tuyas y luego depositábamos a la salida del galacho. Cuando decias… “luego lo miramos en casa y sabremos lo que es”.
Con tu enfermedad me has traido solo bien para mi. Una visión de la vida diferente. Ese egoismo que nos da la felicidad de hacer algo sin esperar nada a cambio. Solo la dicha que nos produce lo hecho por altruismo.
Me dice mi amor, el que comparte su vida conmigo, que tu seguías aquí, durante este tiempo, para algo. Si, así es. Seguías para hacernos entender cuando te hemos observado en tus acciones, para hacernos mirar hacia nuestro interior, cuando te mirabamos a ti. Cuanta influencia has tenido en nuestras vidas. Cuarenta años de compañía ha sido muchos, pero necesitábamos más.
Hasta siempre, un abrazo.
Aspectos fotográficos
El blanco y negro de tus manos, y el color de nuestros momentos.
Precioso Antonio…tus palabras y las fotos que con tu permiso me descargo y me guardo.
Hace poco tuve una conversacion sobre cual era el amor mas puro y se llego a la conclusion que por encima del patenal y el de pareja, el que menos juzga y menos exige es el amor a un amigo, por eso es mas puro y ese lo teníais entre Joaquín y tú.